Haría falta nacer tres veces y aun así sería difícil igualar las vivencias de Lorena Peña, que adoptó los nombres de Rebeca Palacios y Nadia Palacios en la clandestinidad. Diputada por el FMLN en la Asamblea Legislativa de El Salvador desde 1994, fue guerrillera durante doce años y llegó a tener bajo su mando a 2.000 combatientes como comandante de las Fuerzas Populares de Liberación Nacional. Participó activamente en las negociaciones de paz, fundó el Movimiento de Mujeres Mélida Anaya Montes y le dio tiempo para ser madre, escribir un libro con sus memorias y terminar la carrera de Economía que había iniciado antes de echarse al monte.
Texto: Carmen Ruiz de Garibay
Foto: David Quintas
“Mi felicidad está ligada indisolublemente a la construcción de mi país, humano y solidario, por el que han caído antes tantas y tantos”, afirma esta mujer de 56 años, positiva y valiente, experta en aliarse con las mujeres de otros partidos para plantear propuestas políticas de igualdad. Pero para llegar a este punto, a este feminismo activo, Lorena, Rebeca y Nadia, las tres en una, han pagado un precio personal muy alto y han vivido un proceso intenso, en paralelo al país entero.
“Tras los acuerdos de paz que firmamos en 1992 hubo una profunda reforma política en El Salvador que dio paso a una democracia representativa, con elecciones libres y pluralidad en la representación política. En ese contexto llego yo a la actividad política desde el FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional), sintetiza Lorena, y agrega: “No he renunciado a la guerrilla ni al partido, sino que soy parte del proceso de transformación de mi país y de mi partido”.
Durante doce años, ella y muchas mujeres más, estuvieron implicadas de forma activa en la guerra, que define como “un camino de transformación y no un principio moral”, donde no se contemplaba el enfoque de género. Pero nada más aplicarse los acuerdos de paz, empezó otra batalla incruenta: “Cuando la desmovilización, Naciones Unidas calculó que las mujeres representábamos el 35% de la fuerza combatiente del FMLN. Tuvimos una participación muy destacada en la guerra y en la construcción de la paz, y ya en la recta final de las negociaciones pudimos empezar a reflexionar sobre el feminismo. Nosotras veíamos claro que en la guerra se daba la práctica sexista, el machismo, la discriminación, pero no tan a profundidad como cuando llegó la paz. Porque cuando la guerra era tan dramática, la acción de la dictadura militar, sus bombardeos, su política de tierra arrasada, los escuadrones de la muerte... era algo tan brutal que te hacía enfocarte en eso. Sin embargo, con la paz no cesó la violencia de género y ahí empezó nuestro cuestionamiento. Además, en la reconversión de las mujeres guerrilleras a la vida civil empezaron a verse diferenciaciones que antes no eran tan claras. Eso nos llevó a un encuentro con los organismos de mujeres de aquel entonces, que ya llevaban más adelantada que nosotras una reflexión. Eran organizaciones feministas. Por eso agradezco tanto a Clara Murguialday todo lo que nos enseñó. Ella estaba en El Salvador, voluntariamente nos dio un curso durante un año, todos los viernes, alfabetizándonos en el enfoque de género, en la teoría feminista y dándonos las categorías básicas para analizar el problema y para plantear propuestas políticas”.
Lorena considera que sin la implicación de las mujeres en los procesos de paz “llega la paz de las armas pero no la paz de los hogares, la paz social”.
Con estas premisas, empezó a trabajar en el Plan de Transferencias de tierras. “Se pactó que se incluyera a las mujeres en los listados y que se les asignaran las tierras al margen de los maridos. También empezamos a aplicar el enfoque de género en los programas de reinserción de combatientes y luego hubo un debate interior en el FMLN para que adoptara la cuota de participación política y una política institucional de género dentro del partido. Eso lo logramos en el 94. Cuando llegué a ser diputada me pareció que era elemental comprometerme y asumir la temática de la legislación a favor de las mujeres. Hoy en día, toda la legislación que hay alrededor de ellas ha sido una mezcla de las propuestas de las feministas con el trabajo de las legisladoras más avanzadas. En 1997 me incorporé a la Comisión Legislativa y Especial del Presupuesto y comprobé que en las mujeres no se invertía ni siquiera el uno por ciento de los fondos públicos”.
Gracias a las alianzas de las diputadas de todos los partidos políticos se creó el GPM (Grupo Parlamentario de Mujeres) que ha establecido un plan de trabajo en torno a cuatro objetivos: la Ley Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres, que se aprobó en 2010; la Ley de Igualdad, Equidad y Erradicación de la Discriminación contra las Mujeres, aprobada por unanimidad; la aplicación de la perspectiva de género al Presupuesto Nacional, logrado en 2011 y el fortalecimiento e institucionalización del GPM. Pero además, las diputadas han conseguido destituir a un diputado por ejercer violencia familiar y en estos momentos otro está siendo enjuiciado. Otros éxitos han sido la reforma del código procesal de familia para que sean los hombres los encargados de probar que no son padres de sus hijas e hijos o la aprobación de la cláusula social de la ley de zonas francas que regulaba las maquilas.
“Mi país creo que está más polarizado que éste y sin embargo las mujeres de izquierdas y de derechas vamos consiguiendo acuerdos en temas puntuales que nos afectan a todas. En otros asuntos podemos ser enemigas, y vamos a entrevistas donde nos malmatamos. Cuando se trata de darle un enfoque de género para los presupuestos de mujeres llegamos a acuerdos sin apenas problemas, pero cuando proponemos subir impuestos a los ricos, ellas no están de acuerdo”.
De las 20 comandantes mujeres del FMLN (sobre el centenar que llegó a tener el frente entre hombres y mujeres) sólo sobrevivieron cinco: “Las mujeres en El Salvador hemos ganado nuestros derechos con sangre. Y es importante que las nuevas generaciones lo sepan, que haya recambio generacional de mujeres lideresas de 40, 30 y 20 años. Las mujeres debemos promover nuestros liderazgos”.
La despenalización del aborto es un asunto pendiente, al igual que la legalización de los matrimonios de homosexuales: “Hay una red de mujeres que está trabajando el tema del aborto y nosotras lo apoyamos pero no hemos logrado que el Ggrupo Parlamentario de Mujeres lo asuma. Sin embargo, estamos intentando sacar una nueva ley de salud sexual y derechos reproductivos, o sea, que ya vamos. Tengo la convicción de que vamos a aproximarnos, no sé hasta dónde. Nosotras quisiéramos que se viera como un problema de salud pública y que como tal no fuera penalizado. No creo que lleguemos a la despenalización pero confío en que conseguiremos aunque sea el aborto terapéutico, que ya es una avance”.
En cuanto a la aprobación del matrimonio de gays y lesbianas, Lorena comenta que su partido tiene paralizada la reforma para prohibirlo y que ellas han logrado que los hombres “nuestros” hablen con el obispo. “Le dijeron que tenían problemas de conciencia y filosóficos para votar por la prohibición de estos matrimonios, y que había que respetar la diversidad. Nuestro partido adopta una postura clara pero la derecha sigue manipulando ese tema y las mujeres no están a la vanguardia en esa posición incorrecta. No tienen todavía la determinación de oponerse abiertamente”.
Retazos de la vida de una revolucionaria salvadoreña
● 1955: Nace en San Salvador, en una familia de clase media, de tradición liberal democrática. Es la hija menor y tiene un hermano y dos hermanas.
● 1973: Ingresa en la universidad, trabaja como cajera en una empresa y se incorpora a la guerrilla urbana clandestina.
● 1974: Se casa con Hernán Solórzano (Dimas Rodríguez), también guerrillero, nace su hijo Vladimir y el matrimonio pasa a la clandestinidad.
● 1975: Deja en manos de su madre Angelita a Vladimir.
● 1975: Mueren su hermano Felipe y su cuñada Gloria Palacios en un enfrentamiento con la policía. Ambos estaban en la guerrilla.
● 1979: Viaja a Beirut para solicitar armas a la OLP.
● 1980: Es enviada al Frente de occidente como responsable bajo el nombre de Nadia Palacios.
● 1981: Su hermana Ana Margarita, madre de una hija y embarazada, fue desaparecida por la dictadura militar.
● 1981: Su padre, con el alias de Anselmo, pasa a estar bajo sus órdenes.
● 1982: Obtiene el grado de comandante guerrillera.
● 1986: Muere en combate su hermana Virginia, capitana del FMLN y declarada comandante tras su muerte.
● 1987: Da a luz por segunda vez. Su hija se llamará Ana Virginia.
● 1988: Reúne a parte de la familia en Managua y se hace cargo durante unos meses de sus hijos Vladimir, Ana Virginia y Adriana, la hija de su hermana Ana Margarita, a quien prohija. Reincorporación al Frente Occidental.
● 1989: Muere su exmarido Hernán Solórzano (Dimas Rodríguez), segundo responsable de las FPL, en un ataque aéreo.
● 1990: Nombrada miembro de la Comisión Política Diplomática del FMLN para la negociación de los acuerdos de paz.
● 1992: Se firma el ansiado acuerdo de paz en Chapultepec, México.
● 1994: Sale elegida diputada nacional de la Asamblea Legislativa.
● 2008: Es nombrada vicepresidenta del Parlamento Centroamericano.
● 2009: Asume la presidencia del GPM, Grupo Parlamentario de Mujeres.
● 2009: Edita su libro autobiográfico “Retazos de mi vida, testimonio de una revolucionaria salvadoreña”.