ETAPA 4: ARAIA • ALDA

Un núcleo situado en una intersección de caminos

Ullíbarri-Harana se halla emplazada en el centro del Valle de Arana, en una situación estratégica respecto a antiguas vías de comunicación transitadas en épocas altomedievales. Dos rutas la atravesaban haciendo de ella un auténtico nudo de comunicación: por una parte, el itinerario tardo-romano que desde el Ebro conducía a la costa del Cantábrico, que en el tramo que circulaba por el Valle de Arana la surcaba a lo ancho, desde el punto navarro de Gastiain, en el Valle de Lana, hasta los Montes de Iturrieta y el puerto de Opakua; y por el otro, el que atravesaba el valle de este a oeste que comunicaba la Améscoa Baja de Navarra con Kanpezu. Esta situación la convirtió en un núcleo de importancia en el valle y fruto de ello es que Ullíbarri-Arana llegó a contar con varias ermitas, hecho que evidencia la capacidad que tuvo el núcleo para aglutinar población, atrayendo a los habitantes de pequeñas aldeas altomedievales que existían en las cercanías. Un ejemplo de este proceso es el de la desaparecida ermita de Nuestra Señora de Lezeta (que quedó en ruina en 1774), que estaba emplazada un poco más al norte de la misma. Constituyó la iglesia rural de la aldea homónima cuya población fue trasladándose al núcleo de Ullíbarri-Arana, probablemente atraída por la boyante actividad económica que se estaba desarrollando en la misma, hasta que la aldea quedó despoblada. Degradada a ermita entró a formar parte del núcleo.

Posteriormente, en la baja Edad Media, Ullíbarri-Arana constituyó una aldea que entró a formar parte de la villa de Kontrasta, en el siglo XIII, cuando ésta obtuvo la carta puebla. Fue testigo de las numerosas revueltas antiseñoriales que se dieron en todo el valle, cuando en el siglo XIV Enrique II concedió Kontrasta y sus aldeas en señorío al linaje de los Gauna, que posteriormente pasó a la de los Lazcano. Los habitantes del valle trataron durante cien años en librarse del poder feudal que ejercían estos señores enfrentándose a ellos en innumerables luchas. En el siglo XVI Ullíbarri-Harana acogió al linaje de los Lazcano, que se estableció en la misma tras ser expulsados de la villa de Kontrasta, en el palacio que construyeron en la misma.

El núcleo de Ullíbarri-Arana

El trazado urbano está organizado de manera geométrica con un eje direccional N-S, en el que la calle Mayor es la principal. Su trazado es el del antiguo camino que de Gastiain conducía a los Montes de Iturrieta. En la misma calle, en los límites sur y norte del núcleo se asientan dos ermitas; la de San Cristóbal, situada en la vertiente sur del núcleo, y la de Andra Maria al norte y un poco más alejada del mismo. Tres calles más situadas hacia el oeste, que discurren de manera paralela con la misma direccionalidad completan el entramado. Estás son cortadas por callejones de manera perpendicular.

Entre los edificios civiles que más destacan está el del Palacio de los Lazcano del siglo XVI. Situado en la calle del Roscal el edificio está retranqueado con respecto a la línea de fachadas de la calle, de modo que delante del mismo crea una pequeña plazuela. En su fachada principal destaca una ventana renacentista moldurada con un parteluz que se encuentra enmarcado por dos columnas y rematado con un arco de medio punto que recoge una venera, decoración de estilo plateresco.

Respecto a la arquitectura eclesiástica mencionar la iglesia de San Juan Bautista, del siglo XVI que posee un pórtico de cinco arcos sobre pilastras de la segunda mitad del siglo XVIII. Destaca el retablo mayor que guarda en su interior, uno de los ejemplares renacentistas romanistas más destacados de la provincia (finales del s.XVI), obra del escultor Lope de Larrea. La ermita de San Cristóbal, que posee una portada con arco de medio punto dovelado y guarda en su interior una imagen renacentista de San Cristóbal con el niño. Y la ermita románica de Andra Mari, con una portada del siglo XII.

Compartir en