Departamento de Cultura y Política Lingüística

49. Casco histórico de Laguardia (LAGUARDIA)

ETAPA 6: SANTA CRUZ DE CAMPEZO • LAGUARDIA

Laguardia, de villa castrense a villa vitícola

La entrega de la carta puebla que el rey pamplonés Sancho VI “El Sabio” otorgó a Laguardia en el año 1164 fue capital para los habitantes de la misma. Antes de que se constituyera en villa, Larguardia era una aldea similar a otras que existían en las inmediaciones de la Sonsierra, nombre con el que en la época se conocía la comarca. Su ubicación estratégica en el alto de un cerro en tierras fronterizas, pudo hacer que destacara sobre las demás. De hecho, ya contaba con un castillo desde el siglo X, el cual fue mandado erigir por otro rey navarro anterior, el conocido como Sancho Abarca. La concesión del fuero convirtió al núcleo en un relevante centro urbano y en capital económica, política y militar de la comarca. La relevancia que alcanzó la villa quedó reflejada en sus edificaciones, ya que el núcleo fue dotándose de toda una serie de elementos que servían a su función defensiva, como las murallas, torres y fortificaciones, y de notables construcciones de los poderes civil y eclesiástico, como sus iglesias o edificios palaciegos, seña de su importancia económica y política. El entramado urbano responde al carácter militar que tuvo la villa a lo largo de toda la Edad Media.

En el siglo XVI Laguardia perdió su importancia como punto militar por lo que las actividades comerciales que venían practicándose, especialmente la relacionada con el vino, adquirieron mayor protagonismo. Esto trajo consigo una etapa de engrandecimiento y riqueza, ya que las familias notables de la villa, partícipes de la próspera actividad que se vivía, erigieron sus palacios que constituían la seña de su propia grandeza.

El casco histórico

El casco histórico de Laguardia es junto con el de Vitoria-Gasteiz uno de los núcleos medievales que mejor conservan su trazado y urbanismo primitivo en Álava. Emplazado en lo alto de la colina, el trazado urbano se adecúa a la morfología del lugar, tal y como se puede observar en la curvatura que presentan sus calles perimetrales. El eje vertebrador del casco es el que conforman sus dos iglesias ubicadas en sus extremos Norte y Sur, la de Santa María de los Reyes y la de San Juan respectivamente, unidas por la Calle Mayor, que es la vía central y que está flanqueada por la de Páganos y Santa Engracia. Estas a su vez están cortadas de manera transversal por cantones, muestra también de su tipología medieval.

Este urbanismo delimitaba zonas urbanas diferenciadas por las funciones que cumplían. Mientras en la zona Norte primaba la función defensiva, con el castillo (perduró hasta el siglo XIX) y la iglesia de Santa María, en la zona Sureste se hallaba la judería, hoy desaparecida y actualmente ocupada por edificios de reciente construcción. En la Calle Mayor se establecían las clases altas, cerca de los núcleos de poder (Iglesia y concejo); en la calle Páganos la burguesía y las gentes dedicadas al comercio; y en la de Esquide y otros cantones las clases populares. La muralla que rodeaba la villa constituye uno de los ejemplos de construcciones defensivas que mejor se han conservado en el País Vasco.

El casco cuenta con reseñables edificios de etapas posteriores que enriquecen el patrimonio del núcleo, tales como la Casa de la Primicia (s. XV) de estilo gótico, el antiguo ayuntamiento (s.XVI) de estilo palaciego barroco o el actual ayuntamiento neoclásico (s.XIX), con su conocido reloj de autómatas instalado en su fachada, que fue inaugurado en el año 1998. Resulta de gran interés la red de cuevas y bodegas que recorren subterráneamente la villa, que las familias del lugar construyeron a lo largo del siglo XVI, fruto de la importante actividad vitícola.

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