Departamento de Cultura y Política Lingüística

40. Casco histórico de Antoñana (ANTOÑANA, CAMPEZO)

ETAPA 5: ALDA • SANTA CRUZ DE CAMPEZO

Una villa fortificada

Antoñana se asienta sobre un cerro a cuyos pies discurre el río Ega, el cual le servía de elemento de protección dado que suponía un importante obstáculo que superar para acceder a la población. Está situado en el extremo suroriental de la provincia cerca de la frontera con Navarra. Fue uno de los primeros núcleos de población en el territorio alavés que obtuvieron el fuero por el cual se constituyó en villa. Fue en el año 1182, de la mano de monarca navarro Sancho el Sabio, quien le concedió el fuero de Tudela. Dada su situación fronteriza entre los reinos de Navarra y Castilla, ambos disputaron su posesión durante siglos, de ahí su carácter fortificado.

El núcleo conserva su trazado urbano medieval; la disposición de sus calles y solares proceden de esta época a pesar de que la mayoría de los elementos arquitectónicos que se han conservado son posteriores. Tres calles estructuran la población y discurren de manera paralela en entre sí en dirección Norte-Sur. Estas están unidas entre sí por cantones que en numerosas ocasiones discurren por debajo de los edificios, convirtiéndose en pasadizos.

La Calle Mayor, es el eje que vertebra la villa, separando los barrios de Arriba y de Abajo. En época medieval unía las dos puertas del núcleo, situadas en los lados septentrional y meridional del mismo y de las que únicamente se conserva la primera. Se trata de un pequeño acceso formado por un arco rebajado, sobre el que se ubica un matacán reconvertido en un balcón. En esta calle se encuentran los edificios más reseñables, casas señoriales con sus respectivos escudos de armas, entre las que destacan la casa-torre de los Hurtado Mendoza del siglo XIII, emplazada al norte del núcleo. Se trata de un edificio de notables dimensiones que presenta planta rectangular, cuatro alturas y cubierta a cuatro aguas, con muros en los que se observa una fábrica de mampostería regular y sillares esquineros. Junto a él se encuentra un lavadero, que posee una cubierta de una sola vertiente cuya estructura es de madera. El palacio torreón de los Elorza, del siglo XVI, otro ejemplo de arquitectura medieval, está emplazado al otro lado de la calle. Las casas de aquella época fueron edificadas en piedra, aunque en sus fachadas superiores se puede observar la estructura de entramado de madera.

La iglesia parroquial de la villa, dedicada a San Vicente Mártir, está ubicada en el lado septentrional de la misma, junto a la única puerta de acceso, reforzando la función de la muralla. Construida en fábrica de mampostería, presenta planta de cruz latina y un ábside ochavado. En su lado norte, a intramuros de la villa, se ubica un pórtico del siglo XVIII que se compone de cinco arcos de medio punto. Adosada a los pies se alza la torre de planta cuadrada de la misma época, que presenta fábrica de mampostería y sillares esquineros y está coronado por una cúpula. En su interior, posee cuatro tramos de bóvedas de cañón con lunetos. Destaca su retablo mayor de estilo rococó, de finales del XVIII, obra de Manuel de Moraza.

Respecto a la muralla que rodeaba la villa en su totalidad, las zonas que mejor se han conservado son las de los lados este y oeste. Fue construido haciendo uso de aparejo de sillarejo y mampostería y llegan a alcanzar un grosor de 1,30 metros. Es la zona Oeste donde la muralla presenta una altura de 5 metros y se puede observar adosada a la misma una torre rehecha de planta circular. Al dejar de tener su función defensiva los vecinos de las casas adosadas a la muralla aprovecharon para abrir vanos en la misma con objeto de dotarlas de una mayor iluminación. Es por ello que, principalmente en el lienzo del oeste, se pueden apreciar una gran apertura de ventanas.

Compartir en

Fecha de última modificación: