Administraciones públicas en Red: De paradigm(od)as y tendencias digitales...
Administraciones públicas en Red: De paradigm(od)as y tendencias digitales...
autor: Mentxu Ramilo Araujo, Octubre 13, 2015
De paradigm(od)as y tendencias digitales...
Estamos pasando de las burocracias del papel, con nuestro peregrinaje por ventanillas presenciales donde nos atendían personas que nos rellenaban o nos pedían rellenar múltiples formularios, a las burocracias telemáticas con ventanillas virtuales donde tenemos que autogestionarnos unos trámites (en muchos casos volcados tal cual del papel "a lo on-line" con un lenguaje complejo, farragoso e incomprensible), para realizar a su vez otros trámites que nos permiten hacer otros trámites más, que finalmente nos permiten obtener una prestación, servicio, subvención o enviar un factura electrónica tras una odisea cibernética!
Algo preocupante con la innovación en la administración pública es pensar que se lograrán cambios mejorando los procesos ya existentes (digitalizar papeles => burocacia2.0). Sucede que es más complejo y costoso (tiempo y cambio de mentalidad) repensar y empezar de nuevo, como en un libro en blanco, libre de corsés anteriores; creando con la ciudadanía (protagonista, accionista y usuaria); y buscando la eficiencia de la administración, como medio donde se gestionan los recursos comunes. Veamos uno de los miles de ejemplos reales, como la vida misma:
Te envío un PDF para que lo imprimas, me lo firmes y me lo mandes escaneado por correo electrónico junto con una copia escaneada del DNI, no aceptamos "aún" la firma electrónica.
¿Es esto "digitalizar"? ¿es esto innovar? ¡Es burocracia 2.0! y con el nuevo DNI... ¿burocracia 3.0?
Las cargas administrativas presenciales y virtuales son enormes. ¿Qué tal si simplificamos realmente los procesos? ¡Ah que la moda de la calidad y de la mejora continua ya pasaron!... Y hablando de administración electrónica, ¿Qué tal si las administraciones se conectan entre ellas y nos piden consentimiento a la ciudadanía para que puedan intercambiarse nuestros datos y prestarnos servicios útiles?: ¡Pero si eso ya lo decía la Ley 30/1992!. ¿Qué tal si en lugar de hacer y rehacer leyes, existe voluntad política y técnica para facilitar que la ciudadanía se dirija a cualquier administración para iniciar la tramitación de cualquier servicio?. Tenemos tecnología de sobra para lograr estas interconexiones. ¿Qué tal si contamos con las personas de las ventanillas (que observan, escuchan y padecen) y con las personas que usarán esos servicios para (re)definir los servicios públicos del siglo XXI? ¿Qué tal si no mareamos a la ciudadanía y se diseñan servicios proactivos? ¿Qué tal si aprendemos con las experiencias de referencia? ¡Las Haciendas llevan tiempo haciendo más con menos!
Necesitamos personas con voluntad para cambiar mentalidades y transformar el funcionamiento de las organizaciones públicas burocráticas, pensadas para situaciones previsibles y repetitivas, a organizaciones buroGracias que, gracias a su funcionamiento relacional y profesional, hagan posible la resolución de problemas y la gestión y redistribución de los recursos comunes, con garantías (igualdad, seguridad, objetividad) y de manera ágil y eficiente. ¿En qué preguntas y pruebas de las OPEs se "valoran" estas actitudes y aptitudes? No he estudiado Clásicas, pero desde hace años, venimos analizando la realidad de las organizaciones públicas y proponiendo cambios sistémicos con distintas denominaciones según la moda del momento (Criado y Ramilo, 2001). Las teorías son fantásticas. ¿Pasamos a la práctica?
. a prácticas de cambio reales
Pasemos a acciones que nos sirvan, que nos sean útiles y que resuelvan los problemas reales de las personas, garantizando los derechos humanos y fundamentales, muy bien recogidos en normas y leyes, pero difícilmente traducibles a la realidad si las personas no los asumimos en nuestras relaciones cotidianas.
Ahí van diez posibles metamorfosis a abordar. Nada nuevo. Todo dicho, leído, oído, ¡e incluso ya experimentado!:
- De la apertura de datos, administraciones y gobiernos, a la apertura de mentes, de voluntades y de corazones: no olvidemos los niveles más profundos y potentes de conciencia y de transformación
- De la transparencia, a la empatía: que tus acciones reflejen lo que deseas para ti
- De la independencia, a la interdependencia: nos necesitamos para vivir y para resolver problemas
- De los despachos, a los espacios de encuentro, colaboración y experimentación: presenciales, virtuales o mixtos (autogestión vecinal, laboratorios ciudadanos, hacklabs, novagob)
- De clientes y personas usuarias, a ciudadanía republicana: personas activas interesadas por los asuntos públicos y la gestión de los bienes comunes
- De subvencionar, a facilitar: evitar trabas, agilizar actividades, confiar, colaborar y sancionar si hay incumplimientos
- De administrar recursos previsibles, a dinamizar redes de actores y actrices para gestionar recursos y necesidades imprevisibles
- De visiones partidistas, electoralistas, competenciales y territoriales a POLITICA(S) con procesos de gobernanza para lograr la gobernabilidad: aceptación social de las acciones públicas basada en la resolución de problemas, no en promesas electorales "marketinianas" vacías de contenidos
- De "participación ciudadana", a redes de políticas públicas: que cuenten con todas aquellas miradas diversas claves para resolver problemas durante todo el proceso. No hacen falta 4000 personas o votaciones electrónicas de la gente de siempre, sino tener en cuenta voces que ahora no tienen voz y miradas a la realidad que no se tienen en cuenta (observación, estar donde la gente y las necesidades están, escucha activa...).
- De la tecnología fetiche, a la tecnología al servicio de las personas
En nuestras organizaciones públicas existen muchas experiencias de "metamorfosis" organizativas. La clave, una vez más, somos las personas y nuestra motivación por encontrar nuevas maneras de ser y de hacer las cosas. ¡No esperemos a que el sistema cambie! Cambiemos nuestra actitud, ofrezcamos alternativas creativas e ilusionantes y, probablemente, construyamos así redes de personas, equipos y organizaciones orientadas a la resolución de los problemas y de las necesidades reales de las gentes y de la naturaleza que, a pesar de todo, nos sostiene.
Y termino con una cita deliciosa que me regaló mi amigo Ángel Luis del Río, a ver si, querida persona lectora, adivinas a qué Ley "innovadora" que acaba de revisarse pertenece. A ver si dentro de 25 años se evalúa su nivel de cumplimiento y las administraciones públicas obtienen un aprobado en su cumplimiento.
"Las técnicas burocráticas formalistas, supuestamente garantistas, han caducado, por más que algunos les parezcan inamovibles, y la Ley se abre decididamente a la tecnificación y modernización de la actuación administrativa en su vertiente de producción jurídica y a la adaptación permanente al ritmo de las innovaciones tecnológicas" [Respuesta: Exposición de motivos, 5].
Pues eso, que ¡todo está dicho! ¿Pasamos a la acción?
* Dedico este post a Txus Imaz, Venan Llona e Iñaki Ortiz por ser referentes en el camino del aprendizaje, cambio y transformación personal, organizativa y social.